Un año
Se dice pronto, pero es así, llevamos un año en este país, y es como si acabásemos de pisar sus tierras.
Han pasado tantísimas cosas desde que llegamos, que sería imposible relatarlas todas.
Bianca no aguantó tanto tiempo sola. Creo que es normal, sé lo que es eso, y cuando has probado la soledad absoluta, no quieres volver a experimentarla.
Un día, sin previo aviso, llamó a la puerta y allí estaba, como siempre la han descrito... bella.
Supongo que fué la salvación de Armand. Ver tanto tiempo a su maestro y a Pandora le estaba volviendo loco.
Sé que viven juntos pero, allí están sus dos niños y la señorita de Botticelli. Aquí, estaba solo frente al peligro, como quien dice.
No tardó mucho tiempo hasta que anunció que ambos se marchaban a recorrer el país por su propia cuenta, y sin que nos dieramos cuenta, los dos salían una noche cogidos de la mano.
Sería divertido poder decir que yo también tengo un as guardado en la manga como el Príncipe del Teatro...
Creo que este cambio no agradó demasiado al eterno romano, ya que no pasó un tiempo relativamente largo, hasta que anunció que también se marchaba, que tenía muchas cosas en las que pensar.
Obviamente, Pandora estalló en una ira incontrolable... ira que pagamos los pocos que nos quedamos.
Por suerte, o por desgracia, Gabrielle se unió a ella, volviendose nuestra estancia un tanto cuanto peculiar... pero no demasiado.
No quiero sonar cruel, nunca lo he pretendido (no más de lo necesario), pero gracias a que Louis se aisló en sí mismo... bueno... la atención de Lestat volvió a ser solamente mia.
Es necesario aclarar que en nuestra llegada a España, a parte de decidir abrir este blog (que por cierto, nunca actualizamos, no sé ni para que lo hicimos), abrimos unas cuentas en una red social muy popular aquí en la península (a petición de Lestat, para variar) y así poder comunicarnos entre nosotros de una forma más... "humana"
Y así han transcurrido los meses hasta que...
Hace unos días, al conectarme a mi cuenta, pude leer esta conversación:
Marius el Romano: He vuelto
Ángel de alas Negras: No hace falta que vuelvas
Marius el Romano: y porque no quieres que vuelva, pequeño y dulce amadeo?
Ángel de alas Negras: ... porque no... y no me llames Amadeo ¬////¬
Marius el Romano: siempre serás Amadeo para mí, mi precioso... y no puedes negar que a ratos lo adoras.
Ángel de akas Negras: mentira, ni a ratos, ni a ratas... no se te echaba de menos
Marius el Romano: hablando de ratas... Desde hace cuanto que no te acuestas con Louis? creo que erais grandes amantes...Eternamente eterna: Se agradece el ofrecimiento de Armand de llevarse a Marius lo más lejos posible; pero yo me encargaré...Marius el Romano: Sabes amada mia, que yo me voy donde tú me lleves...Ángel de alas Negras: Número uno, maestro, Louis y yo NO ERAMOS AMANTES
Número dos, querida Lid... Pandora, agradeceria que si te lo quieres llevar, por lo menos no lo propagandes por ahi
Número tres, maestro... cierra la boca de vez en cuando
Eternamente eterna: Entonces deja al muchacho tranquilo, una vida de pesares es suficiente. Que conste, querido Armand que no es por amistad, no te equivoques, quizá sea solo puro egoismo...no lo se. Creeme Amadeo...que mi último deseo es hacer propaganda de mi situación con Marius.
Marius el Romano: Perdona querido Amadeo, esta claro que si lo erais, si es que aun no lo sois. O mas bien, el era un juguete para ti, ¿verdad mi niño? Sabes que a la sabiduria no puedes hacerle callar, y que todos tus problemas saldran por todos los lados posibles haciendo que el gran Amadeo, el maestro en la locura, termine su sentencia fatal arrodillandose sobre las piernas de aquel que le recogio de la calle cuando solo era un niño humano y llorarás lagrimas de sangre.
Eternamente eterna: Marius, eres cruel
Marius el Romano: No es crueldad, mi sol nocturno, es la verdad.
Eternamente eterna: ¿La verdad? ¿Acaso tú tienes una verdad absoluta? Ah, claro...lo olvidaba. Siempre tienes razón. Querido Amadeo, no hagas caso de sus palabras, sabes tan bien como yo, que el que al final acaba llorando siempre es él.
Ángel de alas Negras: Querido Maestro, creo que sabes tan bien como yo que las lágrimas que yo derramo suelen ser de impotencia, no de pena o chantaje, como suelen ser las vuestras
Marius el Romano: ¿Ahora vuestros motivos de elocuencia son por mis lagrimas de cocodrilo? Y como no, nunca crereis a esta humilde persona. Yo lloro por mis niños, vosotros no comprendeis porque lloro. Ni un ápice os asoma en el pensamiento tal cuestión. Querida Pandora, no siempre tengo razón y muchas veces desearia no tenerla porque las consecuencias de ello han sido catastroficas como tú my bien puedes saber. Amadeo, ¿tu impotencia no sera porque los juguetes se te han roto? ¿porque los niños perdidos han vuelto con sus madres?
Eternamente eterna: Disculpa si te molesta mi risa, Marius; pero sonrío solo de pensar que necesitas de algún modo que confiemos en ti. Hablo por mi cuando digo que creerte me hace más bien que mal.
Ángel de alas Negras: No, nunca volveré a creer esa máscara de amo bueno y bondadoso, ya que has dejado patente en inumerables ocasiones que no es así en realidad. Y no, mi impotencia no se debe a que los juguetes de han roto, ni porque los niños perdidos has vuelto con sus madres. Jamás me he considerado uno de ellos, y menos su Peter Pan, yo no suplanto identidades que no son, a diferencia de otros. Mi impotencia se debe a que eres un ser horrendo, un demonio... que es incapaz de abandonar mi mente.
Marius el Romano: Por vuestro bien mis encantos, esta conversacion termina aqui.
Creo que mis temores son infundados si digo, y pienso, que la tranquilidad de la que más o menos habíamos gozado, se está desvaneciendo